9 ago 2011

LA DEUDA

Vió a lo lejos a Roberto Marcos y a los otros dos reporteros. Aparcó su motocicleta junto a las otras tres y se acercó con ellos.

El habitual puesto de tacos de la esquina era un lugar muy concurrido por ellos a las tres de mañana.
Ninguno comía. Intercambiaron algunos datos, pero nada relevante. Apagaron las radios un momento para no llamar la atención de los clientes.
Roberto Marcos no pudo evitar platicarles sobre sus últimas vivencias mientras preparaban su orden. Todos rieron y lo vacilaron sin más.
-Ya mano!! Deja tus delirios de persecución.
-Si de verdad te estuvieran siguiendo, hace años que te hubieran levantado y ni cuentas te ibas a dar.
-Si cabrón!! No nos quieras meter miedo.
Roberto Marcos se disgustó mucho por la perspicacia de sus colegas.

-Yo solo les digo para que se cuiden!! Ahí ustedes saben!!

Tomó su orden, pagó la cuenta se subió a su motocicleta y tomó la Avenida Norte.

Veinte minutos después prendieron las radios, casi a la par. La frecuencia policiaca daba un informe acerca de un hombre que había sido interceptado por una camioneta en la avenida Norte y había sido tiroteado a quemarropa.

Los tres tenían un espíritu de competitividad alto y no se iban a permitir ser el último en llegar, mucho menos a sabiendas de que Roberto Marcos se les había adelantado.

Cuando llegaron al lugar, el impacto fue desconcertante, ninguno de los tres lo podía creer. El hombre que se encontraba muerto en el asfalto, con varios impactos de bala, su motocicleta y cámara convertidas en chatarra, era nada menos que el mismo Roberto Marcos.

Él, en vez de capturar las sangrientas imágenes, comenzó a experimentar una cólera que le recorrió todo el cuerpo. Empezó a golpear como un desquiciado el semáforo más cercano.

Uno de sus amigos trató de consolarlo.

-Ya cabrón!! Da gracias que no fuiste tú el que está ahí.

-Tu cállate pendejo!! Que estoy que me lleva la chingada!!

-Desquitarte con el poste no va a revivir a Roberto.

-No estoy cabreado por eso!!

-¿Entonces? ¿Por que chigados estas enojado?

-Porque me debía dos mil pesos el cabrón!! Por eso!!


Autor: Ray-Chan Lin

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